Pablo Lozano: Carta aberta do filho sobre o falecimento do pai

Leia a carta aberta do filho de D. Pablo Lozano, sobre o recente falecimento na passada quinta-feira devido ao Covid.

Recordamos que Pablo Lozano, de 90 anos, foi matador de toiros, empresário, ganadeiro e apoderado das maiores figuras do toureio como João Moura, cerca de 15 anos, Palomo Linares“Espartaco”César Rincón“El Cordobés”Curro Romero“El Juli”ManzanaresSebastián Castella e Diego Ventura, entre outros.

‘Estoy abrumado por las muestras de respeto, admiración y cariño que estamos recibiendo de todo el mundo tras la muerte de mi padre. Sabía de su grandeza, de su importancia en el toreo y sabía la consideración en la que se le tenía, pero las reacciones emocionadas de tantas personas superan todo lo que yo creía sobre la dimensión de mi padre

He visto estos días a hombres duros y de gran fortaleza ante las adversidades, hombres acostumbrados a aguantar el miedo demostrando valor, hablar de mi padre con lágrimas en los ojos y con un nudo en la garganta. He visto en todo momento cariño y respeto.

Don Pablo, como todo el mundo le llamaba,  infundía respeto, pero también cercaníahumanidad. Repartía su sabiduría con generosidad, lejos de cualquier vanidad o jactancia. En él nunca había pose, todo era natural, como naturales y directas eran siempre sus palabras.

Siempre lo vi grande. Pero ahora su figura se agiganta y compruebo con orgullo la consideración real , cariñosa y cercana con la que la gente lo recuerda. Mis hermanos y yo hemos sido unos privilegiados, ahora más que nunca me doy cuenta.

Sé que mucha gente que habría deseado despedirse de él no ha podido hacerlo y que lo lamentan sinceramente. Son la multitud de amigos que llaman y escriben con palabras que salen del corazón. Cuando termine esta horrible pandemia, no sé cuándo, si en meses o en un año, celebraremos un oficio religioso donde todos nos podamos reunir para recordarlo. Mi padre era un creyente convencido y le gustará.

Dios le tenga en su Gloria‘.

 

Alfonso Santiago, no site espanhol Cultoro, também recorda Pablo Lozano:

Don Pablo Lozano fue un taurino grande, de los que ya nos quedan muy poquitos. Ley de vida. En la hora de su adiós, siempre triste cuando además la muerte se lleva a una persona excepcional, sólo cabe dar gracias por haberlo tenido entre nosotros, y porque su trabajo y su dedicación al toreo nos hayan permitido disfrutar con muchos de sus logros y empeños.

El más importante, desde mi punto de vista, tender su mano a varios toreros fundamentales en la historia del toreo, para que se convirtieran a su lado en patrimonio inmaterial de la propia Fiesta. Su capacidad para transmitir los secretos de la profesión de torero está al alcance de muy pocos. Y don Pablo fue capaz de ello dejando siempre que cada una de las figuras que lo tuvieron como referente desarrollaran lo que llevaban dentro bajo su propia personalidad. A cada cual lo suyo y por su camino, pero siempre bajo la guía de quien mejor supo entenderles, animarles, exigirles… Para esas figuras, don Pablo y sus palabras significaron ese norte al que volver la vista en la victoria y en la derrota, en la alegría y en el dolor. Esa gratitud la sintió cerca don Pablo hasta su último día. No era para menos.

Como tampoco lo fue su capacidad para ver al toro, para calibrarlo y enjuiciarlo. En el campo y en la plaza. Una vez me dijo el maestro Palomo Linares que nunca conoció a nadie que supiera más de toros que don Pablo. Y no le faltaba razón. Su sabiduría no fue dogmática, de ahí su enorme calado. Nadie como él para hablarte del toro, y para recordar embestidas, para hacerte ver la inmensidad de ese animal único al que él entregó su vida.

En esta hora del adiós siento pena al saber que ya nunca más le vamos a ver en el campo, ni en la plaza. Que ya nunca vamos a recibir una llamada suya. Que ya jamás vamos a poder escucharle hablar de toros y de toreros. Y me da pena, porque don Pablo, con todo lo grande que fue en el mundo del toro, con todo lo que hizo como matador en una época absolutamente fascinante, con todo lo que luego consiguió como apoderado, ganadero y empresario, fue aún más importante en su trato humano y personal. Su rectitud, sobriedad y seriedad se trasmutaban en la corta distancia en amabilidad, educación y bondad.

Da tristeza pensar todo lo que don Pablo se ha llevado consigo y queda el consuelo de saber que su legado seguirá viviendo en lo mucho que supo transmitir a quienes le rodearon. Le vamos a recordar, don Pablo.

 

Así despide Las Ventas, plaza de la que fue 14 años empresario, a Don Pablo Lozano

Artigos Similares

Destaques